Ruinas de Santa María de Rioseco: el monasterio del Pueblo

La historia de Rioseco es una historia de amor a la tierra. De cómo un conjunto arquitectónico crea riqueza y prosperidad para la comunidad que lo acoge. Los monjes en el siglo XIII y los habitantes del Valle de Manzanedo del XXI. Dos grupos de personas que ponen sus manos y recursos al servicio del desarrollo rural.

 

El Monasterio de Santa María de Rioseco es el segundo destino turístico más visitado de las Merindades de Burgos. Al valor artístico de las ruinas cistercienses se suma el encomiable esfuerzo de la sociedad de Villarcayo y las Merindades por mantener viva la historia del lugar.

Los “monjes blancos” que colorearon Rioseco. Arquitectura cisterciense en Burgos.

 

El Monasterio de Santa María de Rioseco estuvo durante siglos habitado por los monjes cistercienses o “blancos”, denominados así por contraposición a los cluniacenses o “negros”.

 

Su llegada a Rioseco significó un vuelco en la vida social y política de la zona. Lejos de pasar desapercibidos, colmaron la tierra de trigo, viñedos, lino y árboles frutales. Su explotación agrícola y su plan ganadero llenaron de color este paisaje de las Merindades y de nuevas formas de trabajo la vida de sus gentes.

 

Los monjes cistercienses introdujeron un incipiente renacimiento cultural al entender que su labor espiritual no podía disociarse de un proyecto de transformación político-social.

 

El Monasterio de Santa María sentó, tanto figurada como materialmente, los pilares de esta nueva sociedad. Aunque intentaron ubicarlos en otras zonas, los “monjes blancos” se asentaron definitivamente en el monasterio en 1236. Por su naturaleza agrícola y ganadera, la situación geográfica era muy importante para estos clérigos, que escogieron el comienzo del valle de Manzanedo, junto a la carretera que asciende hasta San Martín del Rojo.

El legado social del monasterio de Rioseco en las Merindades.

 

Tras siglos de disputas territoriales, el lugar llegó, ya en ruinas, hasta las manos del arzobispado de Burgos en la década de los 50. En la actualidad, se conservan en pie los muros de la iglesia, con restos de una bonita policromía en sus bóvedas, y parte del claustro.

 

El monasterio se construyó en 3 periodos: el cisterciense, hacia el siglo XIII-XIV, con la edificación de la iglesia; la etapa renacentista (s. XVI) y la barroca (s. XVII). De esta última, podemos admirar el actual claustro.

 

La joya de la arquitectura cisterciense llegó a estar incluida en la Lista Roja del Patrimonio, que confecciona la asociación Hispania Nostra, y que registra los bienes históricos en peligro de desaparición. Sin embargo, el esfuerzo y la constancia de la asociación cultural “Salvemos Rioseco” consiguió que se moviese a la Lista Verde en 2018.

 

Desde 2008, esta agrupación de voluntarios, entidades y asociaciones se moviliza para recuperar el cenobio. El movimiento que iniciaron unos cuantos vecinos, limpiando ellos mismos el claustro, ha conseguido que las ruinas fueran declaradas Bien de Interés Cultural por la Junta de Castilla y León en 2019.

 

Hoy en día, además de las visitas de los turistas, el Monasterio de Santa María de Rioseco acoge conciertos, talleres y cursos, contribuyendo así al desarrollo rural del entorno y la perpetuación del legado social que iniciaron aquellos “monjes blancos” del siglo XVIII.

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Monasterios que ver en las Merindades de Burgos.

 

El de Rioseco no es el único monasterio que puede disfrutarse en las Merindades de Burgos. La zona se caracteriza por contar entre sus localidades con numerosas obras de arte arquitectónico. Aquí recogemos dos de los conjuntos más visitados.

Monasterio de San Salvador en Oña (Burgos).

 

Este monasterio es una lección de historia del arte en sí mismo, ya que conserva una amplísima variedad de estilos: románico, gótico, renacimiento, barroco, musulmán, mudéjar, egipcio y época romana.

 

Además, la capilla de la iglesia del Monasterio de San Salvador custodia los sepulcros de condes y reyes de Castilla. Algunos de ellos son: Sancho García, conde de Castilla; Sancho III el Mayor, rey de Pamplona; Muniadona de Castilla; Sancho II el Fuerte, rey de Castilla; Urraca Gómez y Enrique de Castilla.

 

Dónde está el Monasterio de San Salvador.

Monasterio de Santa Clara en Medina de Pomar.

 

Al sur del casco urbano de Medina de Pomar, el Monasterio de Santa Clara engloba la iglesia, el convento, y el panteón de la familia Fernández de Velasco.

 

Declarado Bien de Interés Cultural (BIC) el 2 de abril de 1992, en categoría de Monumento, el conjunto arquitectónico ha sabido mantenerse en pie a pesar de las vicisitudes históricas. De hecho, desde su fundación en 1313 y hasta 1532 aproximadamente, se realizaron varias ampliaciones.

 

Dónde está el Monasterio de Santa Clara.

Dónde comer y dormir durante la visita a los monasterios de las Merindades.

 

Esta comarca de Burgos no presume solamente de una estupenda oferta cultural. Su gastronomía y sus paisajes no brillan menos que las joyas recogidas en el artículo.

 

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