Descubre la calzada escondida. Turismo románico en Semana Santa.

La historia no siempre es como nos la han contado. A nuestro alrededor existen evidencias que han quedado sepultadas por siglos de civilización. Pero siguen ahí, esperando a ser desenterradas y admiradas como se merecen.

 

Es el caso de la calzada romana que recorre 1600 metros del Valle de Losa, en el norte de Burgos. Este tramo, probablemente el mejor conservado de España, permite observar cómo se construyeron realmente las calzadas romanas y nos aleja de los estereotipos que Hollywood ha perpetuado.

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El románico desconocido en las Merindades de Burgos.

Esta zona de la provincia de Burgos es la cuna de Castilla y uno de los principales exponentes del arte románico en la península ibérica. Durante estos días de Semana Santa, pueden visitarse numerosas construcciones arquitectónicas recuperadas para su admiración.

Sin embargo, el Valle de Losa esconde también secretos dignos de pertenecer a la historia de este territorio que no deberías perderte.

Durante el periodo que los romanos dominaron Hispania construyeron un gran número de vías o calzadas. Una de ellas, de 115 kilómetros, unía Flaviobriga (Castro Urdiales) con Uxama Barca (Osma), cruzando de oeste a este el Valle de Losa (Burgos).

A su paso por el valle, se pueden observar dos tramos muy bien conservados: uno junto al pueblo de San Llorente y otro más hacia el oeste.

Las verdaderas calzadas romanas en Castilla.

Ni como en las aventuras de “Astérix y Obélix” ni como en las películas de Hollywood. Las vías que los romanos construyeron no tienen nada que ver con los pavimentos de losas con los que se las representan ni con los usos que se les han otorgado.

Según explica Isaac Moreno, los estudios realizados en 2010 en el tramo de calzada que atraviesa el Valle de Losa muestran sus verdaderas características.

Y es que se construía un paquete de piedra de aproximadamente 1 metro sobre la roca virgen. Las calzadas están formadas por sucesivas capas de materiales, como zahorras de la zona. Los más pesados debajo; los más finos arriba, en la superficie. Ni rastro de la pavimentación de piedra que vemos en las películas. Esta es la verdadera estructura de una carretera romana.

En cuanto a su uso, al contrario de lo que cuenta la ficción, se construyeron para el tránsito de carros de pasajeros y mercancías. No para caminar a pie, ni con caballos o mulos, ni para el paso de legionarios.

Esta información ha permanecido intacta milagrosamente a lo largo de los siglos. Ni siquiera la división parcelaria de la zona ha destruido este tramo de calzada romana, gracias, en parte, a la roca sobre la que fue construida.

Parece que la historia quiere brindarnos la posibilidad de honrar esta obra maestra de la ingeniería de su tiempo. Visitémosla y admiremos esta huella escondida de nuestros antepasados.

Si necesitas información para llegar hasta la calzada o visitar más joyas románicas de la zona, en el Hotel rural El Amparo de Narcisa estaremos encantados de ayudarte.

Puedes encontrar mucha información sobre la historia y el arte de esta zona de Burgos, pero, si quieres vivirla de cerca y experimentar tú mismo la belleza que nos legaron, te aconsejamos dedicarle un plan rural de 3 días.

 

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